Unos cuantos tresmiles del tirón por una travesía algo expuesta. Era una idea que habíamos mirado hace algún tiempo y todavía seguíamos buscando fecha, hasta el viernes 11 de agosto de 2017.
Me recoge Turri a eso de
las cuatro de la tarde y salimos dirección Benasque, hace calorcito y
afortunados de nosotros el coche no tiene aire acondicionado. Viaje largo de 3
horas largas. Teníamos la idea de subir en coche hasta el parking de
Espintagosa en coche, pero ¡SORPRESA! Cuando nos disponemos a subir la pista
vemos que no se puede subir, que la subida es en bus como las aproximaciones al
Aneto, menuda faena…
Planteamos si subir andando o esperar al último bus. Al
final esperamos hasta las 20:00. El bus nos sube en 20 minutos al parking, que
está a 1.550 metros, y entre descargar y todo, a las 20:25 empezamos a subir
hacia el refugio de Angel Orus (2.100m), donde pasaremos la noche. Una hora después
de subida, Turri se sorprende de ver ya el refugio, habíamos calculado 1 hora y
media de subida. Yo iba controlando nuestro ritmo de subida y sabía que el
refugio estaba al caer.
A la llegada, nos instalamos rápidamente, cenamos unos
bocatas de jamón serrano improvisados y salimos a ver las estrellas, es noche
de perseidas. La noche esta preciosa. Sin embargo, como mañana despertamos
pronto, para las 23:00 estamos en el saco.
5:15 de la mañana, suena un despertador, 5:17, suena el
siguiente y nos levantamos. Recogemos rápidamente y en silencio para no
molestar al resto que todavía duerme. Bajamos al comedor y desayunamos unas
galletas y algo de fruta. Para las 6:00 estamos listos para salir, con las
frontales en la cabeza y la mochila al hombro. Durante la noche salió la luna y
ahora nos ilumina con mucha fuerza, por lo que las frontales pronto dejaremos
de utilizarlas.
Durante la subida, mientras nos alcanzan los primeros rayos
de sol, podemos distinguir a contraluz un sarrio que nos vigila desde no tan
lejos como habitual.
Pasadas las 8 de la mañana hacemos cima en el primer tresmil
del día, Diente royo con 3.010 metros de altura. Barrita energética, trago de
agua, foto y a por el siguiente.
El Pavots con 3.121 metros, que se alcanza ascendiendo por
la cresta. A partir de ahora todo el recorrido hasta llegar a la cima del
posets será por toda la cresta de espadas.
Tras hacer cima en el Pavots y echar la correspondiente
foto, nos dirigimos hacia las Espadas.
Para llegar hasta él, tendremos que atravesar la cresta con
un par de pasos expuestos, que en el fondo no tienen ninguna dificultad.
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| Aquí tenemos a Turri en uno de ellos. |
A la cima del Espadas, que tiene 3.322 metros, llegamos a
las 9:45 de la mañana y todavía quedan un par de cimas, que son un mero trámite,
antes de llegar al Posets.
Comemos una barrita, tomamos algo de agua y vamos a por lo
que queda. Pasamos rápidamente por la Tuca de Llardaneta (3.311m) y la Tuqueta
Roya (3.273m).
Y finalmente a las 10:34 de la mañana hacemos cima en el
Posets, con 3.369 metros. Aquí hacemos una parada algo más larga, porque en lo
que lleva de mañana a penas nos hemos detenido, sin embargo, no estamos más de
20 minutos ya que después de comer algo y sacar unas cuantas fotos empezamos la
bajada.
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Cima del Posets con las pañoletas de la Vª Tropa y Mikael.
Al fondo se puede distinguir Vignemale y Monte Perdido.
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A la bajada vamos pensando en el Diente de Llardana, es el
último tresmil del día que queda y cuando llegamos a las faldas de él.
Una mole de piedra que nos hace plantearnos si la bajada de
ella es muy peligrosa y si nos apetece jugárnosla. Yo dudo el que más, pero
tras veinte segundos de meditación, me decido y comenzamos a subir. La verdad
es que vamos con las manos pegadas al suelo, pero subimos muy rápido.
Una vez en la cima, 3.091 metros, agradezco el haber subido,
ante nosotros tenemos una vista preciosa de toda la cresta que hemos hecho.
Bajamos a la base del diente, estamos a 3.000 metros de
altura, son las 12:00, decidimos coger el bus de las 15:00, tenemos que bajar
hasta los 1.550 metros a los que se encuentra el parking. Empezamos a bajar, y
en 1 hora y 6 minutos llegamos al refugio de Ángel Orus. Descansamos un
ratillo, aprovechando el aire acondicionado del refugio y a las 13:45 bajamos
de nuevo hasta el parking, esta vez vamos más relajaditos, que se nota el
cansancio y llegamos al parking a las 14:35, por lo que toca esperar al bus.
Hasta aquí la crónica de Ascensión al Posets por la cresta
de las Espadas. Una ascensión espectacular, cañera y que con un día tan bueno
como el que nos tocó, solo se puede disfrutar.








